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Un feminismo femenino.-
¿Es posible un feminismo
femenino? ¿Cómo se construye? Una idea positiva de la feminidad, un feminismo
verdadero y sano ha de comenzar por no ser un feminismo de confrontación con el
varón. En su sentido afirmativo, ha de contener una ajustada idea del ser
femenino, de la que se derivará el conocimiento de sus inclinaciones, deseos y
necesidades.
A tales efectos, a mi
parecer, una adecuada determinación del sentido de lo femenino debe contener,
al menos, tres elementos o ingredientes.
En primer lugar, hay que
situar a la mujer en relación con la totalidad de la naturaleza humana y,
consiguientemente, con respecto al varón. Se trata de entender, a la vez, cómo
la mujer es esencialmente igual al varón y distinta de él. El marco que hace
posible coincidencia y discrepancia, igualdad y distinción, es la naturaleza humana.
En segundo lugar, el feminismo femenino incluye el reconocimiento de rasgos
psicológicos específicos de la mujer. Y finalmente ha de señalarse, ¿cómo no?,
el puesto y sentido propios de la sexualidad femenina.
Así queda dibujado el
esquema elemental de los puntos que desarrollaré a continuación: 1º, cuál es el
puesto que corresponde a la feminidad en el marco de la naturaleza humana; 2º,
cuáles son los rasgos psicológicos distintivos de la mujer y, 3º, cómo se sitúa
la mujer en relación con la procreación humana. Mi pretensión con esto no es
desarrollar un puro análisis, sino que en particular me interesa determinar qué
consecuencias prácticas tengan esos asuntos, especialmente en su referencia al
varón.