Para un feminismo femenino (3)


2. Un feminismo femenino.-
¿Es posible un feminismo femenino? ¿Cómo se construye? Una idea positiva de la feminidad, un feminismo verdadero y sano ha de comenzar por no ser un feminismo de confrontación con el varón. En su sentido afirmativo, ha de contener una ajustada idea del ser femenino, de la que se derivará el conocimiento de sus inclinaciones, deseos y necesidades.
A tales efectos, a mi parecer, una adecuada determinación del sentido de lo femenino debe contener, al menos, tres elementos o ingredientes.
En primer lugar, hay que situar a la mujer en relación con la totalidad de la naturaleza humana y, consiguientemente, con respecto al varón. Se trata de entender, a la vez, cómo la mujer es esencialmente igual al varón y distinta de él. El marco que hace posible coincidencia y discrepancia, igualdad y distinción, es la naturaleza humana. En segundo lugar, el feminismo femenino incluye el reconocimiento de rasgos psicológicos específicos de la mujer. Y finalmente ha de señalarse, ¿cómo no?, el puesto y sentido propios de la sexualidad femenina.
Así queda dibujado el esquema elemental de los puntos que desarrollaré a continuación: 1º, cuál es el puesto que corresponde a la feminidad en el marco de la naturaleza humana; 2º, cuáles son los rasgos psicológicos distintivos de la mujer y, 3º, cómo se sitúa la mujer en relación con la procreación humana. Mi pretensión con esto no es desarrollar un puro análisis, sino que en particular me interesa determinar qué consecuencias prácticas tengan esos asuntos, especialmente en su referencia al varón.